Bandera de Panamá: un rectángulo dividido en cuatro cuarteles: el superior izquierdo es una estrella azul de cinco puntas sobre fondo blanco; el superior derecho es de color rojo; el inferior izquierdo es de color azul; y el inferior derecho es una estrella roja de cinco puntas sobre fondo blanco
Imagen con filtro naranja de una mujer con rasgos afro de perfil, adornada con un turbante de diseño cuadriculado y colorido. Lleva también un arete grande, al que acerca sus manos juntas, y un collar. Se lee -República de Panamá Gobierno Nacional-, debajo una pequeña bandera panameña, y -Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial- en mayúsculas en la esquina superior derecha. Abajo, centrado y grande, se lee - Día de la Etnia Negra- con las 2 últimas palabras en negrilla. Un 10% final se dedica a una cinta de un diseño africano.
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Es la festividad oficial del pueblo afropanameño. Lograrlo no fue fácil, fueron jornadas de lucha de muchos años, que involucraron a muchas organizaciones, inclusive la Iglesia Católica, con la figura descollante de monseñor Uriah Ashley. Es el resultado de un esfuerzo generacional de la población negra, por vivir en un país donde se reconozca plenamente su diversidad étnica y cultural.

Panamá tiene, gracias a su canal, una población antillana angloparlante que vino a trabajar en las tareas más arduas y peligrosas y se quedó, junto a la población afro de origen colonial. Al principio se le discriminaba por no hablar español, pero gestionaron su inclusión en una parroquia y de ahí continuaron hacia inclusiones mayores.

4 funcionarias africanas de salud, 2 de pie y 2 sentadas, miran con interés el contenido de 2 jeringuillas. Sobre la mesa al lado, se ven cajas, un con el nombre -Rotarix- y otra que dice -Helmject-. Detrás de ellas se ven mujeres con bebés en los brazos, visten turbante sencillo y ropas de colores.
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El primer caso documentado de VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) fue el de un cazador en el Congo-Kinshasa en 1959, probablemente al cocinar o capturar un simio ya infectado. Ese sería el salto del virus, antes solo en animales, al humano. Solo se le identificó 20 años después, gracias a que su sangre se congeló como muestra de una enfermedad desconocida. Otra fuente asegura que la primera epidemia de este tipo se dio en la misma Kinshasa en los 70; de ahí se habría extendido hacia África oriental y luego a la centro-occidental. Hubo otros casos, el de un joven afroestadounidense (1969) y el de un marinero noruego (1976), que terminaron en muerte. Después se reconoció el VIH a través muestras de tejido.

Alarma mundial

Pero lo que le dio la fama internacional e inició su combate global fue una publicación del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC). Reportó casos de una variante desconocida de neumonía que atacaba hombres jóvenes sanos y un pico de un cáncer oportunista en la piel de hombres gay en Nueva York. La enfermedad continuó su extensión por el continente africano debida a carencia de información y terapias efectivas. El AZT solo se empezó a usar en 1998 y un año después en Botswana para prevenir el contagio madre-hijo. Tuvo que esperarse hasta el 2000 para que la presión sobre las farmacéuticas hiciera posible el uso de drogas genéricas producidas en India, Brasil y otros lugares. Países del centro y sur de África lograron tratar a la mayoría de su población afectada, pero la epidemia afectó el continente de forma severa. En la actualidad se ensaña con las personas dedicadas al trabajo sexual y el coronavirus incrementó los riesgos para personas clave.

Los datos sobre la población afrodescendiente en América Latina precisa mejorar el uso de la etnicidad como variable, sensibilizarse con las diferencias culturales, crear políticas públicas que consideren las necesidades de estas poblaciones y aplicar un enfoque intercultural en salud para garantizar su acceso a la salud.

Adán Arriaga Andrade de pelo cano y gafas, sentado en una poltrona, apoya su mano derecha sobre ella. Lleva un saco gris y debajo una corbata; cruza la pierna con un pantalón gris. Atrás se ve lo que parece un estudio.
¿Quién es Adán Arriaga Andrade? – Centro de Pensamiento Personería de Medellín (0:24)

El primer gobernador encargado fue Leonidas Pretelt Mendoza, pero la gente del Chocó lo rechazó por foráneo y apenas duró 3 meses. Arriaga, en cambio, era tan chocoano que hasta Arnoldo Palacios le dedicó un artículo político en 1944. Nació en Lloró, en julio 24 de 1907. Tuvo una carrera meteórica desde la Personería de Medellín a la Asamblea de Antioquia, la Intendencia y luego Departamento del Chocó, luego a la Cámara por 3 periodos, ministro de Trabajo de Alfonso López Pumarejo y de ahí al Senado por su región. En la Rama Judicial, fue magistrado de la Corte Suprema de Justicia, luego de la Corte Electoral y miembro de la Academia Colombiana de Jurisprudencia y fundador del Colegio de Abogados del Trabajo. La Universidad Nacional y el Colegio Mayor de Ntra. Sra. del Rosario lo resaltaron en la educación. El presidente Misael Pastrana Borrero lo condecoró, en 1973, con la Cruz de Boyacá.

Su gran logro fue el decreto legislativo 2350 de 1944, que fue después la ley 6a de 1965 y puso el país a tono con el derecho internacional en cuanto a cesantías, primas, derecho a huelga, pensiones y seguro social.

Grabado a color de una danza-lucha entre hombres afro. Hombres y mujeres negros les rodean, los varones celebran, las mujeres observan, una de ellas con un platón lleno de frutas. Un hombre con gorro napoleónico toca sentado el tambor y una mujer conversa mientras cocina en un fogón humeante. Al fondo se ven casas coloniales y el cerro de La Popa.
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Un suceso poco reconocido: la abolición en la recién liberada Cartagena de Indias significó un giro radical, porque en el s. XVIII su región era la que más tenía esclavos en toda la Nueva Granada. Desencadenó un proceso de lucha de los esclavizados por obtener su libertad en las notarías y de ahorro para comprarla si no lo conseguían de ese modo. Junto a la lucha cimarrona y al ejemplo de Haití, contagiaría a otras ciudades y regiones para desencadenar el lento proceso de abolición hasta 1851.

La población afro fue importante para Cartagena porque la abastecía de alimentos, en especial las mujeres que los vendían en pequeñas cantidades. Los negros libres comerciaban con el agua cuando escaseaba y trabajaban la construcción como mano de obra calificada. Su historia y su arquitectura están fuertemente enlazadas con la esclavización, tanto que se creó un recorrido turístico por la ciudad llamado «La ruta del esclavo», igual que el proyecto de la Unesco en 1997.

Una mujer africana con la mano abierta y los ojos cerrados corre al lado de un hombre africano de overol con una camisa blanca y rostro preocupado que lleva un niño bañado en sangre en sus brazos. Detrás de ellos se ve una casa de ladrillo de una planta y se alcanza a ver una señora con un turbante en la calle polvorienta.
La foto de Sam Nzima en Soweto que puso el apartheid en evidencia (revista Time, junio 16 de 2016)

El apartheid en Sudáfrica regulaba todas las relaciones entre los blancos y todas las otras etnias para asegurar la supremacía racial de la minoría de origen europeo (el 21%). La mayoría africana tenía todas las de perder. Soweto (abreviatura de South West Township o Municipio Sudoriental), un barrio pobre segregado para los negros en Johannesburgo, se resistía a estudiar en afrikáans, la lengua de la minoría blanca y exigían igualdad de derechos. Los estudiantes llevaban semanas de movilizaciones y contaban con el apoyo de Conciencia Negra, el movimiento de Steve Biko.

Decidieron hacer un gran marcha pacífica juntos, pero la policía exigía que se dispersaran por no ser una manifestación autorizada y les lanzó gases lacrimógenos y perros feroces. Los jóvenes les respondieron con piedras y los policías abrieron fuego y la manifestación se salió de control. El gobierno ordenó restaurar el orden “a cualquier precio”, contra más de 10 mil estudiantes desarmados y muchos de ellos en uniforme. La respuesta brutal del régimen sudafricano nacionalizó las protestas, unificó a su rival, el Congreso Nacional Africano, genero el rechazo internacional y significó el principio del fin del apartheid.