Patrice Lumumba joven con gafas de marco oscuro de camisa clara, bigote y barba recortada, mira hacia la izquierda. Se ven 2 personas detrás.
José Méndez López - GettyImages

Un héroe que su propia patria se demoró por excelencia nació en Onalua, cerca de Katako-Kombe, en la región central de lo que hoy es la República Democrática del Congo (Congo-Kinshasa). Recibió una educación inusual en su país y su región, lo que le llevó a recibir una beca para estudiar en Bélgica, dentro de las 200 para un país de 13 millones. Después de trabajar en una compañía minera, abrazó la causa de la unidad nacional, al saber que las materias primas de su país eran codiciadas por el mercado internacional. La Exposición Internacional de Bruselas y la Conferencia Panafricana de Accra coronaron un proceso de afirmación en su ánimo independentista y decolonizador. La posterior represión de los líderes nacionalistas lo llevó a la cárcel, pero la unidad de los partidarios de la independencia obligó a los belgas a aceptar su participación.

Balduino, rey de Bélgica, acordó la independencia congolesa para 1960, pero sin cambiar las posturas respecto a los intereses de su país. Las elecciones le dieron un triunfo considerable al Movimiento Nacional Congolés, de Patrice Lumumba. El, como primer ministro, asumió una clara oposición a los abusos de los colonialistas, rechazó al federalismo como una forma escondida de dividir el país y abrazó el panafricanismo y la no alineación entre EE.UU. o la Unión Soviética. Los enemigos de estas posturas favorecieron la separación de Katanga, provincia sureña rica en minerales. Solo décadas después, Bélgica (2002) y Estados Unidos (2014) reconocerían que se aliaron con Moïse Tshombé, el líder secesionista, Joseph-Désiré Mobutu, el secretario de Estado en funciones, y y otras líderes en secreto para promover el caos y derrocar a Lumumba mediante un golpe de estado. Lumumba hizo un llamado a los líderes independientes africanos, con la advertencia de que, si caía el Congo, África se sumiría en la derrota y la servidumbre, e intentó escapar. Los partidarios de Mobutu lo arrestaron y se organizó su humillación pública, su asesinato (enero 17) y hasta la desaparición de sus restos.

Tres aspectos de las manifestaciones en contra del apartheid en Sudáfrica, con gente en las calles con pancartas impresas en las manos y una resaltada a color en una foto en blanco y negro. En ella se lee -END WHITE MINORITY RULE!- y otras cosas
GlobalVoices.org

El Parlamento de Sudáfrica derogó la Population Registration Act (ley de registro de la población), uno de los pilares del sistema de segregación racial que rigió ese país desde 1948 hasta principios de los 90. Dividía la población en 3 grandes grupos: blanco, negro y de color (mestiza). Los indios (personas del sur de Asia o la India Británica y sus descendientes) se añadieron más tarde. Clasificaba a la gente según su cabello y su vello, el color de su piel, los rasgos faciales, la lengua materna, su vecindario y personas conocidas, empleo, su estrato social y su costumbres de comida y bebida. Al sistema, conocido como apartheid (separación), lo completaban las leyes que prohibían las relaciones sexuales interraciales y las de los pases, que restringía los movimientos y las posibilidades de vivienda de los no blancos. Estas se empezaron a abolir unos meses antes debido a la presión nacional e internacional.

Sin embargo, el proceso no tuvo una fecha definida. El registro racial se mantuvo, a pesar de todo, hasta el desarrollo de una nueva constitución en 1996. Otras políticas cayeron con el plebiscito en el que solo votaron los blancos, el 8% de la población, para aprobar los cambios democráticos en 1992, y con las elecciones universales de 1994 donde se eligió a Nelson Mandela con una aplastante mayoría. Pero otros cambios, en la concentración de la tierra y la riqueza financiera y el mejoramiento gradual de la educación para la mayoría negra africana, tuvieron que esperar y todavía generan roces y arduas discusiones.

Dos hombres afro con taparrabo están de rodillas al lado de José Hilario López, uno de ellos anciano, le besa la mano, el otro baja la mirada. Detrás de ellos, otros 2 hombres afro sostienen un gorro frigio y una corona de laurel. A la derecha, se ve a alguien parecido a Santander que abraza a una mujer indígena con tocado de plumas, el pecho desnudo y una falda adornada, que lleva un ramo de flores. Al fondo un paisaje del centro de Bogotá de 1851.
«Liberación de los esclavos» de Efraín Martínez en la Agencia UNal – Una imagen subordinada y paternalista del pueblo afro se tenía en 1851.

Bolívar incumplió la promesa de liberar los esclavos ahí donde fueran expulsados los españoles, pero al menos pasó la ley de “libertad de partos” de 1821, pero sólo entraría en vigor en 1839 y se esta se pospuso con la excusa de enseñar un oficio. La ley 2* de 1851 se aprobó por las manifestaciones de los esclavos y sus aliados, pero tiene todavía un lenguaje racista y le da más importancia a los intereses de los esclavistas. Aún así, se necesitó otra ley en 1852 para evitar trampas legales que buscaban evitar la liberación.

Tres imágenes en blanco y negro con la bandera panafricana y. debajo, la de Ghana. Arriba a la izquierda se ven 11 hombres negros vestidos con túnicas con diseños cuadriculados, 5 están sentados, uno lleva gafas. Sobre el tercero sentado se lee en letras negras -Nkwame Krumah-. La imagen de abajo muestra las banderas, la panafricana y la de Ghana, a todo color. Detrás tiene una vista de la conferencia desde arriba; se puede leer en inglés -¡Quita las manos de África! ¡África debe ser libre!-. La de la derecha, más grande, deja ver dos personas delante de 2 líneas de asistente. Sobre ellos se lee -All African People-s Conference, Conferencia de Todos los Pueblos Africanos-.
newafrikan77

Activistas y líderes políticos crearon la primera Conferencia de Estados independientes Africanos y con ella el Día de la Libertad Africana, como símbolo del fin de la dominación colonial. Cinco años más tarde, se fundó la Organización para la Unidad Africana (OUA), la más importante del continente.

El lema de la conferencia fue “¡Manos fuera de África! ¡África debe ser libre!”. Trató el anticolonialismo, el antiimperialismo, el antirracismo, la unidad africana y la no alineación, desde una postura claramente pacifista.