Varias comunidades de nuestra Pastoral se reunieron en el salón parroquial de Cristo Maestro para su retiro anual, que inaugura nuestras actividades de forma oficial. El párroco, Gabriel Armando imc, inició con una explicación sobre el sentido de la cuaresma, en especial en relación a la esperanza. El papa Francisco llama a todos los creyentes a centrar este año de jubileo en esa virtud teologal. “La esperanza no defrauda”, se lee en el título del documento del año jubilar, precisamente porque está centrada en la resurrección de nuestro Señor. “Cristo es nuestra esperanza” resumió el p. Armando.
También presentó el significado del jubileo, relacionado con el yobel, cuerno que se sonaba en Israel para las grandes celebraciones, y el júbilo de los años santos. El Antiguo Testamento muestra que la ley de Dios consagraba un año cada 5 décadas para liberar esclavos, perdonar deudas y regresar tierras confiscadas. El de este 2025 nos invita a ser “peregrinos de la esperanza”, salir hacia la persona diferente y necesitada.
El p. Gabriel Armando concluyó con un trabajo en grupo alrededor del texto de Romanos 15, 13: “Que el Dios de toda esperanza los colme de gozo y paz en el camino de la fe y haga crecer en ustedes la esperanza por el poder del Espíritu Santo”. Se trataron las necesidades de conversión, el papel de la esperanza y las apuestas para el Jubileo 2025 en nuestro camino pastoral.
Rodrigo Daza, viejo agente de Pastoral, hace una peregrinación personal cada año y dio a conocer su experiencia a través de Ecuador, Perú, Brasil y Bolivia para llegar a territorio afroboliviano. Ecuador y Perú están en momentos políticos delicados, pero la población del piedemonte amazónico mantiene un ambiente de tranquilidad, trabajo y vida sencilla. Brasil, a pesar de la deforestación y quemas terribles, da muestras de alegría, hospitalidad y generosidad.
El pueblo afroboliviano es pequeño en comparación con el nuestro y vive en el frío de la montaña. Los esclavistas lo llevaron al cerro de Potosí para trabajar en las minas de plata, pero ahí se morían por el frío y enfermedades relacionadas con la altura. Los “bajaron” a las tierras que hoy son su territorio y que para nosotros serían frías o templadas. Es un pueblo organizado, que valora su herencia y su lucha histórica, en medio de pueblos indígenas (aymara, quechua, guaraní), y muchos bolivianos reconocen la belleza de su cultura.
Todo su recorrido muestra que siempre hay personas y regiones que mantienen su corazón abierto a los extraños y comparten sus luchas con humanidad y generosidad, incluso en situaciones donde la desconfianza se ve como algo natural.
El p. Elías Libanda imc, delegado arquidiocesano para la Pastoral de Etnias, comunicó los detalles de la programación general para este año que se centrará en el Jubileo de la Esperanza, en torno al texto de 1 Pedro 1, 3-5. Invitó a vivir la esperanza cierta en Cristo que nos anima en tiempos difíciles, junto a María, Madre de África, y con 5 énfasis: la sagrada Escritura desde la hermenéutica afro, la liturgia y la catequesis inculturadas, el compromiso misionero y el cuidado de la Casa Común.
Llamó a usar nuestros folletos ABC en la hermenéutica afro, preparar bien las misas inculturadas, con sentido de pertenencia y cuidado de lo nuestro, al servicio del prójimo.
La programación busca ser fuerte en la formación con una nueva versión de la “Escuela Móvil de Transmisión de Saberes Ancestrales” y el Diplomado Formación de agentes de Pastoral y líderes comunitarios desde la Teología Afro. También habrá Escuelas de Perdón y Reconciliación y talleres de Derecho Territorial.
Este año se celebrará el Encuentro de Pastoral Afro continental en Luján, Argentina; nuestro delegado invitó a reflexionar y conocer mejor la vida y la historia del Negrito Manuel, figura central de la Pastoral de ese país hermano.
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