Imagen destacada arriba: Presentación en español de la Historia general de África en portugués
PDF en línea, 16 p.
Las naciones africanas le propusieron a la Unesco, apenas creada, una colección con investigaciones de la más alta calidad sobre África, desde los principios de la humanidad hasta sus repúblicas en el presente. La idea era superar las visiones coloniales, reductoras y racializadas, comunes en países fuera del continente. El resultado, después de 30 años de trabajo fueron 8 tomos en total, ricos en mapas e ilutraciones. Se trabaja, en la actualidad, en los 3 siguientes.
Esta colección le permite a nuestros pueblos afrodescendientes empezar a conocer la vasta riqueza de la herencia africana, la cantidad de implicaciones geoestratégicas del continente y la peculiaridad de su historia.
Las visiones del mundo de los pueblos latinoamericanos cambiarían de forma drástica si lograran conocer siquiera la mitad de lo que muestra este trabajo. ¡Y eso que se quedan cortos! No porque le haya faltado profundidad a sus investigadores, sino porque la cantidad de material importante al respecto es descomunal.
La idea de África como “un país” pobre, árido y con niños hambrientos, le ha hecho mucho daño a nuestras culturas, nuestras academias y nuestras economías. Miles de millones de posibilidades de intercambio se pierden a diario por menospreciar a 54 países, todos ellos con diferentes grados de desarrollo. ¿Cuántos saben, por ejemplo, que los estados insulares de Seychelles y Mauricio son más ricos que Costa Rica, Cuba o México? ¿O que naciones como Keña(*) o Sudáfrica tienen áreas con una riqueza similar a Bogotá o Cali?
Mucho de la colección se encuentra en línea. El gran problema es que sólo 4 tomos están en español. Las lenguas principales son el inglés, en francés y el portugués. Eso demuestra al menos dos cosas: 1) la Unesco todavía no logra establecer el vínculo entre África y América Latina de forma consistente, y 2) los pueblos afro del nuestro continente apenas si empiezan a tener una influencia real en las políticas culturales y de relaciones exteriores de cada país.
I: Metodología y prehistoria africana | |
II: Antiguas civilizaciones de África | |
III: África entre los siglos VII y XI | |
IV: África entre los siglos XII y XVI |
Brasil hizo el esfuerzo de tener toda la colección en la lengua colonial portuguesa y por eso podemos seguir los textos en una lengua hermana, mientras conseguimos una versión completa en español.
Siguientes cuatro tomos (en portugués, con enlaces a las versiones en inglés y francés)
- V: Africa do século XVI ao XVIII
- VI: África do século XIX à década de 1880
- VII: África sob dominação colonial, 1880-1935
- VIII: África desde 1935
También disponible en el Portal do Professor.
La presentación de los nuevos volúmenes IX, X y XI se consigue también en el mismo idioma. |
Algunos tomos tienen traducciones en chino, italiano y japonés, otros en kiswahili y otras lenguas africanas.
Si bien la Unesco tiene una Historia general de América Latina, sus tomos no están disponibles de forma gratuita y es muy difícil establecer qué es lo que dicen sobres los pueblos afrolatinoamericanos.
El Decenio Internacional de los Pueblos Afrodescendientes todavía no termina. ¡Todavía estamos a tiempo de luchar por una historia general específica para nuestros pueblos!
(*) El nombre de “Kenia”, país del África oriental, nos llegó a través de sus principales colonizadores, los ingleses. Su idioma, el inglés, tiene un problema y es que no sabe cómo escribir el sonido Ñ. Varios pueblos africanos lo usan, igual que cualquier español o latinoamericano. Pero, como los ingleses no podían con él, lo escribieron como “NY”; por eso oímos algunos extranjeros que pretenden hablar “espanyol”. El sonido real de la palabra “Kenya” es una Ñ, no “ny” (ene – y griega), que llevó a los españoles a latinizarlo como “Kenia”. Los mismos kenianos o keniatas nos han explicado el verdadero sonido, pero la mayoría todavía no cae en cuenta de que en español se escribe con Ñ. Aquí intentamos, por primera vez, corregir ese error y escribir el nombre como suena en realidad, Keña.
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