CUARESMA- TIEMPO DE AMAR Y DEJASE AMAR
Por Diana Lucia Benítez
Pastoral Afro-Cali; Comunicaciones
Acabamos de comenzar el periodo cuaresmal con un gran llamado a la conversión e invitación a creer en el Evangelio. Se trata de un acontecimiento que ha llegado a tener una acogida tan popular aquí en Colombia sin importar nuestras culturas, edades, rangos sociales o nuestra condición de practicantes o no de la fe Católica. A diferencia con los sacramentos, es posible también que como creyentes acudamos masivamente a este ritual de la Iglesia Católica, por el simple hecho de que no contempla impedimentos. Está abierto a todos los seres mortales. La vivencia cuaresmal de alguna forma nos invita a salir de la rutina, para que podamos contemplar más a fondo el misterio de la vida después de la muerte. Se trata de una experiencia de fe, una experiencia que ha de alimentarse del amor de Dios. Si algo he aprendido, durante estos últimos años, haciendo misión como agente de la Pastoral Afro de la Arquidiocesis de Cali, es que Dios nos ama a todos y en todo lugar. La Pastoral Afro me ha permitido, compartir muchos espacios especialmente entre las comunidades afros e indígenas donde resuena cada vez más el clamor de un pueblo que tiene sed de un Dios que lo ame y que lo enseñe a amar.
Cada día pasamos por situaciones difíciles donde estamos expuestos a todo, tiempos buenos y otros no tanto, mientras en nuestro ser se debate varias interrogantes: ¿si es verdad que Él padre nos ama?, ¿porque permite que suframos? ¿Porque debo amar a quien me hace daño? ¿Qué quiere que entendamos con sus palabras?
En la búsqueda de respuestas espirituales nos encontramos con varios aspectos, el primero es el de llenar vacios (emocionales, intelectuales, físicos, etc.) en personas o cosas para satisfacer una necesidad de seguridad, olvidando que la palabra de DIOS dice: “no solo de pan se alimenta el hombre“, Y en muchas situaciones optamos por soluciones equivocadas que parecen ser las más adecuadas para nuestra felicidad, pero finalmente todo se acaba pronto y volvemos a lo mismo aun mas vacios que antes.
El segundo es el de creernos que no necesitamos saber del Ser Supremo para ser los mejores, poder sobresalir ante los demás simplemente haciendo todo sin Él, volviéndonos ego centristas, llenándonos de odios y rencores que envenenan el alma, robándonos su bondad; recordemos que una gran muestra de su amor nos lo dice en la oración del Padrenuestro: “perdona nuestras ofensas, así como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden“, pues un corazón dispuesto a perdonar, es un corazón dispuesto a amar como el altísimo lo enseña. Un corazón dispuesto a llegar a la pascual gloriosa.
Y el tercero quizás es el más común, ya que hemos escuchado de Él pero no le conocemos realmente; porque no nos lo han mostrado o simplemente no tenemos esa semilla bien plantada, es necesario que como buenos cristianos nos demos a la tarea de inquietarnos por su mensaje, es donde nos muestra su más grande prueba de amor, donde nos dice que: si nuestras obras no tienen amor nada hacemos, así tengamos fe, nada seremos, así ayudemos a los pobres, tengamos dones o virtudes, pero no tenemos amor, nada somos.
Recordemos sus palabras: “ tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias si no de la verdad, tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo“ 1 Cor 13: 4-7.
Es tan inmenso que su hijo Jesucristo dio la vida por nosotros, por nuestra salvación, es tan grande que a pesar de nuestras faltas está dispuesto a levantarnos y darnos la mano para seguir, es tan misericordioso que permite que suframos para el crecimiento de nuestro espíritu, es tan bondadoso que permite que nos perdonemos y hagamos a los demás lo que él hace con nosotros, y ¿Cómo le estamos respondiendo realmente?
“Aunque las montañas cambien de lugar y los cerros se vengan abajo, mi amor por ti no cambiará ni se vendrá abajo mi alianza de paz. Lo dice el señor. Que se compadece de ti“. Isaías 54: 10
PARA REFLEXIONAR:
¿Cómo alimentarnos más del amor de Dios en esta cuaresma?
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